En enero de 2002, una apagada estrella en una oscura constelación, de repente se hizo 600.000 veces más luminosa que nuestro Sol, convirtiéndose temporalmente en la estrella más luminosa de la Vía Láctea. La misteriosa estrella, llamada V838 Monocetoris hace ya tiempo que volvió a obscurecerse. Pero las observaciones del Telescopio Espacial Hubble de un fenómeno llamado el eco de la luz han descubierto notables nuevas características.