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¿Estaciones en Neptuno?

Créditos: NASA/JPL
¿Estaciones en Neptuno?
¿Estaciones en Neptuno?

Las observaciones de Neptuno llevadas a cabo con el Telescopio Espacial Hubble están revelando un incremento en el brillo del hemisferio Sur de este planeta, lo cual ha sido considerado por los astrónomos como el resultado de un cambio estacional. Esto puede resultar un tanto extraño, ya que Neptuno es el mundo más frío y lejano de los gigantes gaseosos de nuestro Sistema Solar.

Las observaciones llevadas a cabo durante seis años por un grupo de científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison y del Jet Propulsion Laboratory (JPL) han servido para detectar un incremento en el tamaño y brillo de las bandas de nubes situadas mayoritariamente en el hemisferio Sur del planeta. Este cambio puede responder a las variaciones estacionales de la luz que Neptuno recibe del Sol, algo semejante a lo que tiene lugar en la Tierra debido a la misma causa. Los resultados de este descubrimiento se exponen en el número de mayo de 2003 de la revista Icarus, una publicación dedicada a las ciencias planetarias.

Neptuno es el octavo planeta en orden de distancia desde el Sol, conocido por los planetólogos por su extraño y violento clima. En él existen masivos sistemas tormentosos y vientos de alta velovidad que a veces alcanzan los 1450 Km/h. Las recientes observaciones del Hubble son las primeras en sugerir que este planeta sufre variaciones estacionales.

Empleando el Hubble, el equipo de Wiscounsin realizó tres conjuntos de observaciones, en 1996, 1998 y 2002, obteniéndose una secuencia de la rotación completa de Neptuno. Estas imágenes mostraban que las bandas que rodean el planeta en el hemisferio Sur son cada vez más brillantes, descubrimiento consistente con las observaciones llevadas a cabo por G.W. Lockwood en el Observatorio Lowell, en las que se apreciaba que Neptuno iba aumentando gradualmente su brillo desde 1980.

El brillo de Neptuno en el infrarrojo cercano es mucho más sensible a la presencia nubes de gran altitud que en observaciones en el espectro visible. La reciente tendencia en el incremento en la actividad nubosa ha sido cualitativamente confirmada realizando estudios en el infrarrojo cercano con el observatorio Keck, entre julio de 2000 y junio de 2001, por H. Hammel y sus colaboradores. Este verano se llevarán a cabo más observaciones con la Instalación Telescópica en el Infrarrojo de la NASA (Infrared Telescope Facility) en Mauna Kea (Hawaii), para poder caracterizar los cambios que tienen lugar en las estructuras nubosas de gran altitud de este mundo.

En las tomas de 2002, Neptuno es claramente más brillante de lo que lo fue en 1996 y 1998, sobre todo en longitudes de onda del infrarrojo cercano. El incremento en la actividad nubosa de 2002 es la continuación de la tendencia observada en años anteriores.

Al igual que la Tierra, Neptuno debería tener cuatro estaciones: cada hemisferio sufriría un verano "cálido" y un invierno frío, siendo la primavera y el otoño unas transiciones estacionales, las cuales pueden presentar rasgos dinámicos o no. Pero, a diferencia de nuestro planeta, las estaciones de Neptuno duran varias décadas y no meses. Una sola estación puede durar unos 40 años, ya que el planeta tarda casi 165 años en completar una órbita en torno al Sol. Si lo que los científicos están observando actualmente es un cambio estacional, es posible que el incremento de brillo siga esa tendencia durante otros 20 años.

También, al igual que la Tierra, Neptuno rota sobre si mismo con un eje que se halla inclinado un cierto ángulo respecto al plano de su órbita. La inclinación de la Tierra es la causante de los cambios estacionales: nuestro mundo orbita el Sol en un año y la superficie del planeta está expuesta a la radiación solar, de modo que la mayor o menor inclinación de los rayos de luz solares respecto a la superficie terrestre determina las estaciones. De un modo relativamente similar, el eje de Neptuno se encuentra inclinado un ángulo de 29° respecto a el plano de su órbita y los hemisferios Norte y Sur sufren un fenómeno análogo al terrestre. Naturalmente, los cambios estacionales en Neptuno no son comparables a los de nuestro planeta: al hallarse este mundo tan distante al Sol, la radiación que recibe procedente de nuestra estrella es unas 900 veces menor que en el caso de la Tierra. Las temperaturas en la superficie gaseosa de Neptuno es muy baja (en torno a los -170°C) y los cambios térmicos son diferentes.

Cuando el Sol deposita energía en la atmósfera, se produce una respuesta por parte de ésta. En teoría lo que se espera de un hemisferio que reciba más luz solar es que se caliente y que el calor obtenido fuerce la generación de movimientos ascendentes, condensaciones y un incremento de la formación de coberteras nubosas.

La hipótesis sobre los cambios estacionales en Neptuno es consistente con la baja -o casi nula- actividad que presentan las latitudes bajas cercanas al ecuador. El brillo casi constante que se ha observado en las latitudes bajas ofrece garantías a los científicos de que lo que están observando son variaciones estacionales, las cuales deberían ser mínimas en las zonas cercanas al ecuador y bastante más evidentes en las latitudes altas, en donde dichos cambios estacionales tienden a ser más pronunciados.

A pesar de los nuevos descubrimientos sobre Neptuno, este mundo todavía plantea muchos enigmas: se sabe que dicho planeta presenta una fuente de calor interno que contribuye a las aparentes variaciones estacionales y a su complejo clima, pero si sumamos esto a la cantidad de radiación que recibe del Sol, su energía total es tan baja que resulta difícil entender la dinámica de su atmósfera. Parece ser que existe una cantidad trivial de energía capaz de mover la "maquinaria atmosférica" de este planeta, tal como si se tratase de una máquina muy bien lubricada capaz de crear una importante actividad meteorológica con una fricción muy baja.


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Última actualización: 30-Jan-2005